Epístola de Pascua

de Alexander, Obispo de Buenos Aires

y Sud-América, año 2005.

¡Cristo resurrecció!

"Cristo resurrecció de los muertos y con la muerte venció a la muerte..."

Saludo a vosotros mis queridos con la gozosa fiesta de la Resurrección de Cristo!

Terminó el tiempo pesado del triunfo de maldad y tinieblas, brilló el Sol de Resurrección. Y los discípulos de Cristo, que huyeron de miedo en el terrible día de Crucifixión, con confusión y palpitación ya escuchan la primera noticia que el Señor se levantó del sepulcro.

Sufrimientos, persecuciones y muerte de mártires todavía esperaban a los apóstoles. Pero ya nunca mas tendrán ellos aquella congoja, aquel horror, que penetró su alma en la noche de Crucifixión. Ya que toda congoja, todo sufrimiento y la muerte misma se iluminan y se vencen con la luz de Resurrección de Cristo.

Y en nuestro tiempo entre alarmas y diferentes miedos con la misma fuerza brilla la luz de Cristo. "Cristo reina por los siglos" — exclamaban los mártires cristianos yendo a los sufrimientos y la muerte. "¡Que resurrectes, Dios, juzga a la tierra, ya que Tú heredarás a todos los pueblos!" repetimos junto con el coro de la Iglesia.

Desde punto de vista espiritual, la historia de la humanidad no es otra cosa que la guerra entre el bien y el mal, entre Dios y el diablo. La guerra esta se centra en los corazones de los hombres, donde los buenos principios, puestos por el Creador, luchan con el veneno pecaminoso de la serpiente-tentadora. Tanto las victorias, como las derrotas en esta guerra espiritual no duran mucho, tal como lo sabe bien cada uno de nosotros por su experiencia personal: hoy estoy iluminado por deseos luminosos, me siento hijo de Dios, quiero amar a todos, y mañana — lleno de amargura y maldad, un lastimoso juguete de distintas pasiones.

Esta guerra tensa, que no conoce tregua, surgiendo en cada persona humana, pasa a la sociedad, ocupa familias, capas sociales y hasta estados enteros y etnias.

Como un claro ejemplo del elemental tamaño de la guerra entre el bien y el mal se puede mencionar aquí dos casos históricos, separados históricamente pero espiritualmente emparentados que sacudieron primero — al antiguo pueblo hebreo y recientemente — al pueblo ruso. Tengo en pensamiento la esclavitud de Babilonia que aconteció seiscientos años a.C. y la esclavitud del pueblo ruso por el régimen comunista ateo.

El gran valor de los libros Santos del Antiguo Testamento reside en que en ellos se manifiesta claramente la relación directa entre el bienestar del pueblo y su fidelidad a Dios. Mientras el pueblo israelí cumplía los mandamientos Divinos y trataba de vivir en forma justa, Dios lo bendecía con la fertilidad de la tierra y lo protegía de los enemigos; en cuando se alejaba de su Creador, Dios lo dejaba. Entonces distintos desastres caían sobre los hebreos, la tierra dejaba de dar sus frutos, los vecinos-enemigos los vencían y cruelmente esclavizaban. Oprimidos por los enemigos-extranjeros los hebreos, por el llamado de sus profetas, hacían penitencia, se dirigían a Dios, y entonces Él, Todomisericordioso, les enviaba una salvación inesperada. Toda la bimilenaria historia del Antiguo Testamento constituye una serie de consecutivas caídas y levantamientos del Israel.

El mas importante de tales ciclos de caídas y levantamientos era, sin duda, la Esclavitud de Babilonia que comenzó 580 años a.C. y duró mas de 70 años. Cuatro de los mas importantes profetas del Antiguo Testamento Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel — casi todos sus llamados a la penitencia, promesas de salvación y profecías de acontecimientos futuros se concentraban justamente sobre la esclavitud de Babilonia. Y esto, pensamos, porque esta esclavitud dura, profundamente cambió para mejor el carácter religioso del pueblo hebreo. El siguiente después de este gran acontecimiento en la vida de este pueblo era la llegada a la tierra del Mesías — Salvador de la Humanidad.

Es interesante hacer notar que la salvación de la esclavitud llegó del lado completamente inesperado. El rey de Persia Artakserks Longiman no era nada interesado en la restauración del inquieto y siempre rebelde estado hebreo, en el año 458 a.C. el dio la orden a los hebreos de volver en su país y restaurar a Jerusalén (Neemía cap. 2. Desde este año comienza el recuento de los séptimos de Daniel sobre la llegada de Mesías, Dan. cap. 9).

En el tiempo de Nuevo Testamento la caída en el poder del régimen ateo de Rusia y la caída de este régimen tiene muchos rasgos parecidos a la esclavitud de Babilonia. En primer término, tanto la llegada del comunismo como su caída no acontecieron por algunas causas políticas serias, sino por causas puramente espirituales: al principio — alejamiento de la fe ortodoxa, y obnubilación con ideas materialistas y luego la vuelta penitenciaria a Dios. La caída del comunismo llegó no a través de una sangrienta revolución del pueblo cansado, sino, "desde arriba" de parte del presidente Gorbachev, quien con la institución de "glasnost" = "publicidad" colaboró con "perestroika" = "reconstrucción" y la caída de aquel sistema que él mismo encabezaba (1991). El hecho que la esclavitud del poder ateo duró igual que la Babilónica cerca de 70 años, nos hace buscar los paralelos espirituales entre estas dos catástrofes. Y de estos paralelos hay muchos.

Realmente, como en los tiempos del Antiguo Testamento el Señor mandaba a profetas para salvar al pueblo hebreo de la catástrofe que llegaba, así al pueblo ruso Dios enviaba a Sus "staretzs" visionarios que prevenían cuan peligroso para el país era el alejamiento de Dios. Ellos indicaban al pueblo ruso el camino de salvación de las "zarpas" de satanás a través de la vuelta a la fe, la penitencia y el renacimiento moral. La mayoría de estas profecías se cumplió.

Estos hechos vierten su luz sobre el amplio cuadro de acontecimientos mundiales y ayudan a valorar en forma correcta lo que ocurre ante nuestros ojos. Observando un acelerado alejamiento de la sociedad contemporánea del cristianismo, la caída de bases morales, la potenciación de diversas enseñanzas ocultas, la adicción a la crueldad, vulgaridad, demonismo y otras monstruosidades, se siente miedo ante el futuro del mundo en el cual vivimos. Profetizando la caída del régimen comunista en Rusia y el renacimiento de la fe en el pueblo sufriente, los "staretzs" rusos simultáneamente aclaraban que esto parará en los tiempos cercanos a la Segunda Llegada de Cristo.

¿En qué forma se puede concebir lo que pasó con Rusia en los últimos mas de cien años?

Me permitiré hacer un pequeño paréntesis. Mi familia, participando del difícil destino de muchos emigrados rusos, buscaba en distintas ediciones espirituales todo lo que escribieron los santos rusos sobre los destinos de Rusia. Creíamos firmemente que el comunismo, tarde o temprano, caerá y en Rusia renacerá la fe Ortodoxa. Esperando esto se puede decir que vivíamos "sobre las valijas" esperando que ya-ya podremos volver a la patria. Ahora entiendo que algunas de nuestras esperanzas eran ingenuas. P. ej. esperábamos una pronta reinstalación de la monarquía y que gracias a la libertad religiosa, todo el pueblo ruso unánimemente llenará los templos. En esto nos parecíamos a aquellos judíos que volvieron de la esclavitud de Babilonia y recordaban la grandeza pasada de Jerusalén y el Templo de Salomón. Pero viendo cuan lentamente y con dificultad avanzaba la reconstrucción de uno y otro, amargamente lloraban la indigencia de su país. Les entristecía también que los jóvenes hebreos que volvieron de esclavitud, eran completamente otros, — desnacionalizados y espiritualmente salvajes. Se debía reconstruir no tanto las piedras, como reeducar a las almas humanas — lo cual es mucho mas difícil. ¿No escuchamos también nosotros opiniones negativas sobre lo que pasa en Rusia, de parte de nuestros conciudadanos emigrados? Sin embargo, para los antiguos hebreos lo que resultó una indudable proeza: es que los ídolos que antes atraían los corazones de sus padres, para siempre se convirtieron en horror para los que volvieron. ¡Que haga el Señor que el pueblo ruso entienda plenamente lo vacío de los ídolos materialistas y teosóficos que antes atraían a nuestra alta sociedad!

Recuerdo claramente la peregrinación a la Tierra Santa en 1973 con la juventud rusa. La abadesa del convento de Getsemaní Bárbara (Tzvetkova) en su charla con nosotros contó la profecía del staretz Aristoklio de Athos (1838-1918) que entonces vivía en Moscú. Staretz le dijo a ella, en aquel tiempo una joven estudiante, que el renacimiento en Rusia comenzará después de una fuerte explosión en el borde de un gran río." Ni la anciana abadesa, ni yo no sabíamos como interpretar a esta profecía. Pero, cuando en 1986 se produjo la terrible catástrofe atómica en Chernobyl y comenzó la "perestroika" me acordé de la profecía de staretz Aristoklio y me alegré.

Algunos años después tomé conocimiento de la profecía siguiente del mismo "staretz": "La Rusia será salvada. Habrá muchos sufrimientos y martirios. Todos deben sufrir mucho y hacer una profunda penitencia. Solo penitencia a través del sufrimiento salvará a Rusia. Toda Rusia será como una prisión y es necesario rogar mucho al Señor por el perdón. Arrepentirse de los pecados y tener miedo de hacer aunque sea pequeños pecados, tratar de hacer el bien aunque pequeño. Porque hasta un ala de la mosca tiene peso y Dios tiene una balanza muy exacta. Y cuando lo mínimo en la taza del bien pesará mas, Dios mostrará Su bondad a Rusia..."

Sobre la caída del comunismo y sobre el renacimiento de la Iglesia Rusa mas detalladamente habla staretz Serafín Vyritski (1865-1949).

En los años de sangrientas persecuciones, cuando parecía que la Iglesia está condenada a una rápida y total destrucción, padre Serafín habla de su futuro renacimiento: sobre el uso de las campanas entonces prohibido, sobre la abertura de los saqueados templos de Dios y santos monasterios. Incansablemente recordaba a sus numerosos visitantes la promesa Divina sobre la Iglesia invencible para las puertas del infierno. Relataba p. Serafín sobre el renacimiento de conventos concretos: de Lavra de Santa Trinidad y Sergio, Divievo y otros. Es notable, que profetizó la restauración de Lavra de Alejandro-Nevski, diciendo que primero el estado devolverá los Templos de parroquia y la catedral de Santa Trinidad y luego, después de muchos años, toda Lavra será entregada a los monjes. Predijo también, que con el tiempo será fundado un monasterio en Vyritz y que el Leningrado será renombrado San Petersburgo...

A la pregunta de su hijo espiritual sobre el futuro de Rusia, Staretz Serafín le propuso mirar por la ventana a la bahía de Finlandia. Él vio muchos barcos bajo diferentes banderas que navegaban. "¿Cómo entender eso?" preguntó al padre. Staretz contestó: "Vendrá el tiempo cuando en Rusia habrá un gran florecimiento espiritual. Se abrirán muchos templos y monasterios, hasta los de otras confesiones van a venir para bautizarse, en barcos así. Pero no durará mucho — unos 15 años... Y luego vendrá el anticristo."

Todavía decía el staretz con tristeza: "Vendrá el tiempo cuando no las persecuciones, sino el dinero y atracciones mundanas alejarán a la gente de Dios y perecerán muchas mas almas que durante el abierto ateísmo. Por un lado van a elevar cruces y dorar las cúpulas, y por otro lado llegará el reino de mentira y del mal. La Verdadera Iglesia será siempre perseguida, y se podrá salvarse solo con las congojas y sufrimientos. Las persecuciones tomarán un carácter refinado e inesperado. Será muy temible llegar a vivir en estos tiempos. Nosotros, a Dios gracias, no llegaremos, pero en el mismo tiempo este de la catedral de Kazan irá una procesión a Lavra de Alejandro-Nevski."

Quiero citar aquí un poema consolador de Staretz Serafín sobre los cambios en Rusia:

Pasará la tormenta sobre la Tierra Rusa.

Al pueblo ruso el Señor perdonará los pecados,

Y la Santa Cruz con belleza Divina

Sobre los templos de Dios, brillará de nuevo.

Serán abiertos de nuevo los conventos por doquier,

Y la fe en Dios unirá a todos,

Y el tañido de campanas a toda nuestra Santa Rusia

Del sueño pecaminoso hacia la salvación despertará.

Se calmarán los terribles desastres,

A sus enemigos la Rusia vencerá,

Y el nombre del gran pueblo ruso,

Como un trueno por el universo tronará.

¿Qué relación tiene todo lo dicho por mí con la Festividad de las Festividades? — La relación muy cercana y directa: la inagotable fuente de fuerzas espirituales en la lucha con el príncipe de tinieblas y victoria sobre él, que hace poco tuvo el pueblo ruso, siempre era y será justamente la RESURRECCIÓN de CRISTO. ¡Es — la Victoria entre todas las victorias!

La Resurrección de Cristo contiene en sí algo único e irrepetible, ya que es — la victoria absolutamente imposible (en la comprensión humana), ¡"el polvo" venció a la fuerza y poder! En las batallas, hasta muy difíciles y desesperadas, mientras el genial general en jefe vive, sus oficiales y guerreros tienen esperanza. Ellos saben como muchas veces en el pasado, él a una evidente derrota transformaba en magníficas victorias. Pero si muere el jefe, todo está terminado: es una catástrofe.

De manera semejante, cuando Jesucristo murió en la cruz, todas las esperanzas de Sus discípulos se derrumbaron. Su cuerpo sin vida colgaba desamparado de la cruz. Los enemigos malos contentos se retiraban. Nadie de los contemporáneos podría compararse con Cristo que hacía milagros, ante quien antes temblaba hasta la naturaleza. Pero ahora, pensaban los discípulos, Dios, evidentemente se dio vuelta de Él y Cristo no pudo dominar a sus enemigos. ¿Por qué? puede ser que Cristo en algo se hizo indeseable a Dios. A pesar que los discípulos seguían amando a su Maestro por Su amor y cariño, pero en la profundidad de alma ellos se sentían posiblemente engañados. Si ellos, dejando todo siguieron a Él, estaban listos hasta sacrificarse para colaborar con Su misión. ¡Pero todo esto resultó unos sueños ingenuos! La fuerza física y el poder — son los que deciden los destinos del mundo. Pensando ellos comenzaron a planear de volver a sus familias y tratar de arreglar lo que se puede. No tenían fuerza de sobrellevar el golpe de la tragedia.

Cuando Cristo, contra toda la lógica, el tercer día se levantó vivo como vencedor de infierno y de la muerte — nadie pudo creerlo. Solo el contacto personal y reiterado con el Resurrecto, paulatinamente destruyó sus dudas. Ellos comenzaron a recordar las profecías de Cristo sobre esto, las predicciones de los antiguos profetas, hasta al final cerciorarse de la realidad de acontecido. Así lo que parecía una derrota, en realidad resultó una increíble victoria.

Actualmente, como cabeza de la Iglesia, el Señor Jesucristo reviste a Sus discípulos con la Fuerza superior y les encomienda continuar Su misión entre todos los pueblos. Toda la historia del Nuevo Testamento ilustra la enorme fuerza del Resurrecto. Escuchando solo Su nombre huyen, en pánico, los demonios, su príncipe, el antiguo dragón, no tiene fuerza para parar la prédica Evangélica. Llevando en sí una gran fuerza de gracia, ella penetra en los corazones humanos y transforma a desesperados pecadores de antaño, en justos. El Reino Divino rápidamente crece y nadie puede pararlo. Pero esta victoria no es mecánica, en ella debe participar el corazón de cada uno de nosotros. Los éxitos temporales de las fuerzas del mal están condicionados por nuestra pecaminosidad e inconstancia. Cuan mas débil espiritualmente es el hombre, tanto mas fuertes son los demonios, y viceversa. Es por eso, que para ellos es tan importante descomponer moralmente a la sociedad. Para este fin se unen todas las fuerzas del mal, penetrando en las leyes de los países, en los programas de educación, en el contenido de los libros, revistas, películas y programas de TV... Lentamente, pero unánimemente y tercamente ellos trabajan en la preparación de la llegada del Anticristo. Pero estos mismos esfuerzos los acercan al borde de Geena del fuego, en la cual arderán día y noche por los siglos de los siglos. Después de la Resurrección de Cristo su guerra contra Cristo-Salvador es pura insensatez.

Observando la transformación espiritual, que ahora se produce en Rusia, uno está seguro con toda evidencia, que la fuerza del Resurrecto no disminuyó ni lo mas mínimo en nuestro tiempo. También ahora hay muchos rusos profundamente creyentes y que viven en forma justa, hay muchos sacrificados pastores, sabios archipastores de la Iglesia. Sin duda, se pueden encontrar sombras, pero en la Iglesia de Cristo domina la luz del Resurrecto.

Los staretzs rusos predecían una renovación espiritual post-comunista no solo de la gente rusa por separado, sino justamente de toda la Iglesia, que es formada de pueblo creyente encabezado por la jerarquía eclesiástica. El principio Conciliar no permite dividir a estas esferas en partes independientes. Por eso nos entristecen mucho los ataques de politicanes eclesiásticos que se atreven a vituperar a toda la Iglesia Rusa, indicando reales y pretendidas fallas de tales u otros de sus pastores. Se encuentran también tales vituperadores que se atreven llamar a la Iglesia Rusa — es terrible repetirlo — "iglesia amoral." ¡Estos enceguecidos hasta no se dan cuenta que con esta reprobación ellos vituperan al Mismo Espíritu Santo! Si en esta Iglesia actualmente se producen milagros, aparecen nuevos íconos milagrosos. La gente creyente que se acerca a los sacramentos de la Iglesia, crece y se renueva espiritualmente. ¿Quién entonces hace estos milagros?...

Por falta de espacio obviamos aquí las predicaciones sobre la Rusia de otros santos rusos como p. ej. San Serafín de Sarov, San Juan de Kronstadt, staretz Laurentio de Chernigov y staretz Anatolio de Optin ("el joven"), San Teofano de Poltava y otros.

Recordemos solo como conclusión que todos ellos atestiguaban que el renacimiento espiritual en Rusia se producirá por comparativamente corto lapso. P. ej. el staretz de Optin Nectario decía en 1917 que "Rusia se levantará y será materialmente no rica, en cambio rica de espíritu y en Optin habrá todavía 7 luminarias, 7 columnas." San Laurentio de Chernigov decía que "En Rusia habrá florecimiento de la fe y alegría como antes — solo por corto tiempo, ya que llegará el Terrible Juez para juzgar a los vivos y muertos..." El San Teofano de Poltava escribía (~1930): "Me preguntan sobre el futuro cercano y los últimos tiempos que vendrán. No hablo de mi parte, sino digo lo que me fue revelado por los staretz. La llegada del Anticristo se acercó y es ya muy cercana. El tiempo que nos separa de su llegada se puede medir con años, máximo con decenios. Pero antes de su llegada Rusia debe renacer, aunque sea por corto tiempo..."

Esto es importante de tomar en cuenta en relación a las conversaciones que se llevan a cabo y dirigidas al acercamiento de la Iglesia Rusa en Extranjero con la Iglesia Rusa en la patria. Sin duda, no se debe forzar a este proceso y a Dios gracias, estos parlamentos se llevan en un clima tranquilo, tomando en cuenta los problemas mas importantes. Nuestra principal dificultad reside en que hemos complicado mucho el acercamiento. Aclarando que no hay entre nosotros diferencias dogmáticas y que los conflictos de orden canónico se puede eliminar con una discusión amistosa, se debería reconstruir en primer término la comunión litúrgica — aunque sea en parte "del caso al caso" cuando las condiciones son propicias. A la larga la vida misma nos soplaría qué hay que hacer en esta dirección.

Pero me alejé del tema principal. La Pascua de Cristo nos sumerge sensiblemente en la luz vivificadora del Resurrecto. Esta luz ilumina a nuestras mentes, nos indica el camino correcto, calienta a nuestros corazones con el amor a Dios y a los prójimos. De manera que todo lo bueno recibimos, justamente, de la luz vivificadora de Cristo Resurrecto. Caminemos en esta Luz, viviendo en mansedumbre, cariño y preocupaciones unos por los otros, en amor, para que Él vea en nosotros a Sus amados hijos por los cuales Él murió y resurrecció. ¡Que sea!

¡Con el gozoso día de la Resurrección de Cristo saludo a todos vosotros mis caros!

+ Obispo Alexander